Las cotorras se han empeñado en hacer de la iglesia de los Santos Juanes de Valencia su especial santuario y quieren anidar en la misma cabidad donde hace sólo unas semanas los Técnicos en Desactivación de Explosivos (TEDAX) de la Policía Nacional extrajeron un proyectil que se incrustó en la fachada del templo durante la Guerra Civil.
Estas aves se han convertido en una auténtica pesadilla para los vecinos del barrio del Mercat y ahora quieren hacer de la fachada de los Santos Juanes su morada. Según relata el sacristán de este templo, Pepe Izquierdo, «fueron las propias cotorras las que fueron picando el agujero y pusieron en riesgo la estabilidad del proyectil, que ya sabíamos que existía. Fruto de la insistencia de las aves, cayeron unos cascotes a la calle y, entonces, es cuando fue necesario montar el dispositivo para retirar el obús».
Ahora, las cotorras, sin el obstáculo que suponía el proyectil -de 25 centímetros de largo y 10 de diámetro- «pretenden anidar en este hueco donde ya no está el artefacto y entonces, poco a poco se van a hacer las dueñas de la iglesia. Son entre 25 y 30 ejemplares los que van revoloteando por la zona y, además, por las tardes, se posan en la zona y arman un gran escándalo», indica el sacristán de esta iglesia gótica valenciana.
Izquierdo, como custodio y firme defensor de este templo que dirige el párroco Vicente Vicedo, quiere que se tomen «medidas de urgencia para cegar este agujero y evitar que se apoderen de la fachada de la iglesia» recayente a la plaza de Ciudad de Brujas.
Según detallan, el mismo día en que se retiró la bomba «pedimos a los Bomberos que si podían tapar el boquete resultante. Pero el problema que tenemos es que como el edificio está catalogado como Monumento Histórico Artístico Nacional, los agentes nos dijeron que no podían intervenir o modificar nada porque el edificio está protegido».
El sacristán insiste en la necesidad de actuar con prontitud porque «si estos animales anidan, estamos perdidos. Pensamos que tanto el material que acumulan estos animales, como sus defecaciones, y también la posibilidad de que se produzcan filtraciones de agua, son riesgos más que suficientes para que se decida intervenir antes de que el problema sea mayor».
Además, en los Santos Juanes temen que si no se interviene, acaben viéndose afectados los frescos recién restaurados de Palomino.
Valoración
Precisamente, la catedrática de la Politécnica, Pilar Roig, integrante del equipo de restauradores de los frescos de los Santos Juanes, explica que, de momento «no se ha afectado la zona de trabajo», pero reconoce que sería conveniente que los arquitectos evaluaran el problema y «se diera una solución inmediata para evitar daños».
Y es que aunque la Politécnica ahora mismo no está actuando en la zona, por falta de financiación para continuar los trabajos de restauración, la realidad es que la cavidad donde se encontraba la bomba y ahora pretenden anidar las cotorras está muy cerca de los frescos pintados por Palomino entre finales del siglo XVII y XVIII.
«Son unas pinturas que se vieron afectadas por el incendio de 1936 y que hemos recuperado en su mayor parte con técnicas únicas aplicadas en España, puesto que hemos utilizado la transferencia digital en todas las lagunas que había en los frescos. Y esto ha sido posible porque teníamos una fotografía anterior al incendio».
Según Pilar Roig, también han podido recuperar la pintura de Palomino en los tramos que fueron repintados en los años 60 por los hermanos catalanes Gudiol «que incluso recortaron la pintura, la pusieron sobre una tela y, tras restaurarla, la clavaron en la bóveda».
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